sábado, 5 de febrero de 2011

CARTA DE INVITACIÓN A LA LECTURA

"Hay cosas conocidas y  cosas desconocidas, y en el medio están las puertas" Jim Morrison

Puesto que ya está publicada en la web de la editorial Viceversa, os pego la carta de invitación a la lectura de El Hechizo de Caissa que escribí. Se trataba de animar al lector que veía el libro en una estantería a hojear/ojear el libro, a modo de puerta de entrada.

Saludos, amigo lector.
Siempre he sentido curiosidad por los personajes marginales. Me fascina esa presencia callada del frikie, como se dice ahora, del bicho raro, del niño tímido y apocado que no gusta de correr tras el balón, del rarito que tiene intereses y aficiones diferentes a la mayoría. Al hombre le gusta tanto ser especial como le asusta ser diferente. Y qué mejor contraste para un activo deportista de contacto y profesor de educación física como yo que un deportista sedentario, que un ajedrecista. Sobre esta idea navega mi inquietud literaria, y arraiga en mis recuerdos infantiles.
Recuerdo un gozoso día de uno de mis primeros cumpleaños. Mi tío Enrique, que en paz descanse, a la sazón mi padrino, se me acercó y me entregó un objeto rectangular envuelto en papel de regalo. “Toma, turrón”, me dijo a modo de felicitación. Abrí el envoltorio descuidadamente para descubrir que el turrón de mi tío Enrique era un juego de ajedrez magnético. Ahora me sonrío cuando recuerdo la expresión “dulzura de los inicios”. ¡Qué apropiado símil! Aquel obsequio se convirtió pronto en mi silencioso acompañante.
Pasaron los años en los que olvidé mi afición dedicándome a otros menesteres, y el destino me encontró de nuevo en un tablero. Para entonces las cicatrices de la juventud me animaron a aceptar el reto de aquella olvidada pulsión. Al principio fue un juego, luego un placer oculto, más tarde fue deporte y aún hoy lucho por dirimir si es una obsesión enfermiza o una válvula de escape imprescindible en mi vida. Pero coincidió que por aquel entonces yo ya me dedicaba a jugar al tetris con las palabras, a emborronar folios, y era tanto lo que me sugería aquel fascinante mundo, que no pude resistirme al impulso de escribir sobre él. Había leído mucho sobre la personalidad de los campeones del mundo, de los Grandes Maestros, de los genios. Pero ¿qué hay del simple aficionado hechizado por el influjo de Caissa, la diosa del ajedrez? Ese era el núcleo de mi interés.
Este no es un libro técnico de ajedrez. No es necesario conocer ninguna técnica, ni jugada, ni siquiera conocer las normas por las que se rige el juego. Es un libro que versa sobre la vida, sobre el amor juvenil, sobre el honor deportivo, sobre la incomprensión, sobre nuestras más secretas obsesiones y sobre el auténtico significado de la palabra triunfo. No es una novela para aprender ajedrez, sino para aprender a gozarlo.
Creo necesario sincerarme con el lector y reconocerle que la fase de documentación de esta novela fue tan larga como gratificante. Cuando comencé a escribir El hechizo de Caissa me obligué a documentarme en profundidad, lo que suponía convertirme en ajedrecista, sentir lo mismo que siente Marcos, el protagonista y narrador, gozar y sufrir como él y con él, en las victorias, en las derrotas, en la larga e inconclusa ruta del aprendizaje... Lo cierto es que ahora no sé si soy un escritor que ha narrado una historia ambientada en el maravilloso universo del ajedrez o un ajedrecista que ha escrito lo que siente. Ahora ya soy un esclavo de la diosa Caissa. Para conocerla tuve que acercarme mucho, y caí en sus redes. Me hechizó. He pagado con gusto el precio, y sólo deseo que a ti, lector, te guste tanto leer esta historia como a mí me ha apasionado su escritura.
Si decides leer esta novela, prepárate a descubrir un mundo fascinante tras el contraste albinegro del tablero, tras la evidencia lúdica de las figurillas de madera, tras el secreto que esconde el pasado de sus protagonistas. Y tal vez identifiques en tu interior a algún niño olvidado que recibió una pastilla de turrón y renunció a sus anhelos. 
Bienvenido al reino de Caissa, y no olvides que detrás de toda historia siempre hay algo más. Si quieres descubrirlo conmigo, ¡adelante! porque “La ronda final está expuesta”…

Fer Ortega

Quizás algún lector incondicional de este blog, o algún curioso interesado en el hechizo ya haya descubierto que en la web de la editorial viceversa se ofrece a la lectura en pdf el primer capítulo de El Hechizo de Caissa. Una puerta de entrada.

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