jueves, 28 de enero de 2010

8 x 8

NOTA PREVIA: Si bien la idea es narrar los acontecimientos que me llevaron a escribir "El hechizo de Caissa", creo que el blog es y debe ser una herramienta de opinión dinámica. Por ello, cuando algún comentario aporte algo a la historia, haré una breve referencia a él antes de continuar con el relato. Dicho esto, muchísimas gracias, Nacho, por tu aportación e información, incluida la referencia. Cuando vuelva a Barcelona, pasaré por el Oro Negro y rememoraré mi experiencia allí. Igualmente a todos los lectores de este blog os animo a visitarlo, y cunda el ejemplo ¡os invito a participar de forma constructiva con vuestros comentarios, como ha hecho Nacho!

“El conocimiento teórico es un tesoro cuyo llave es su práctica”
Thomas Fuller.

Me dijo en una ocasión un amigo que una partida de ajedrez era un combate de artillería donde quien más munición poseyera mayores posibilidades de éxito tendría. “¿Munición?”, pregunté yo. “Sí, conocimiento teórico”. “Y entonces, ¿qué es la práctica?”, insistía yo. “La práctica es la puntería del artillero.”

Una de las características de un auténtico iniciado es su asunción de la necesidad de estudio teórico. Y es una dura lección que hay que aprender rápido (aunque nos repugne), so pena de recibir burdos mates, de perder calidades, caer en celadas y perder la paciencia ante la sabiduría de los rivales. ¡Si no puedes vencerlos...! Actualmente es impensable un talento improvisador capaz de doblegar a una buena preparación teórica. Por mucha puntería que tengas, antes o después te quedas sin munición. Así que los esclavos de Caissa sabemos que antes de destriparnos los sesos en ecuaciones de segundo grado tenemos que saber las tablas de multiplicar. Especialmente la tabla del ocho, claro.

Pero los libros de teoría son monótonos, tediosos y pesados. Y pesados. ¿He repetido pesados? Sí, Pero esta vez me refería a la magnitud física. Por eso, cada mes acudía emocionado al kiosco en busca de una fabulosa revista llamada, precisamente, “8x8. Teoría y Práctica”. Después de los Grau, esta publicación tan añorada fue mi auténtico maestro. Me encantaban las secciones de problemas, de táctica y de pasatiempos. Sus contenidos eran prácticos, divertidos y poco pesados (en ambos sentidos). Pero lo mejor de todo es que el formato de la revista era muy manejable. Del tamaño de un libro, del peso de una cuadernillo, de la flexibilidad de una pequeña cartulina y de la portabilidad de una agenda. Se podía doblar y enrollar y cabía en cualquier escondrijo de mochila, bolsillo o ropaje. Con el 8 x 8 podías ir al fin del mundo sin que te resultara pesado. En el autobús, en el tren (incluso cuando tocaba hacer equilibrios en el descansillo), a veces en el salpicadero del coche esperando la luz verde del semáforo, disimulado entre las páginas de un libro de texto, e incluso en una ocasión ascendí un puerto de montaña en bicicleta mientras solucionaba los problemas de nivel 3. “Blancas juegan y ganan” “Tema: desviación de la defensa” Y el gustazo de resolverlo sin mirar la solución forjó mi capacidad de cálculo y engordó mi ego unas cuantas toneladas. A veces era mucho más nutritivo que incluso la victoria en una partida.

Posteriormente hubo otras publicaciones de similares características, Jaque Práctica, por ejemplo, también excelente, pero a mí siempre me quedará ese regusto dulzón de cuando se aprende en los inicios del camino, con mi 8 x 8 siempre en la mochila, bolsillo o incluso en el refajo. ¡Era tan práctico!

No hay comentarios:

Publicar un comentario