martes, 19 de enero de 2010

DEJÁNDOME SEDUCIR

La niñez es la etapa en que todos los hombres son creadores.” Juana de Iabarbourou

Y así pasaba las calurosas tardes, preguntando insistentemente si ya habían pasado las dos obligatorias horas de reposo antes de bañarme (¡el corte de digestión!) mientras desarrollaba mi dama en el movimiento cuatro y destruía las débiles defensas de mi hermano para darle vergonzosos mates con la dama y algún cómplice caballo o alfil. Era un ajedrez primario, burdo, innoble pero divertido, donde la reflexión brillaba por su ausencia y todo era audacia, trucos de café y goce cada vez que mi caballo diversificaba sus amenazas y mi dama besaba con refuerzo al rey adversario. Pero mi hermano Jose se cansó de engordar mi autoestima en detrimento de la suya y mi siguiente víctima suponía un escalón superior de mi árbol genealógico. ¿Existe mayor gozo para un niño que vencer al padre que le ha enseñado a jugar? Y cuando derribé ese castillo de admiración busqué consuelo en un vecino escaquista, sólo para descubrir que la dualidad del juego era tanto su atractivo como su limitación.
¡Maldición! La disponibilidad de rivales es mucho menor que mis ansias de juego ¿Dónde encontraré con quién jugar? ¿Sirve de algo “ensayar” tácticas en solitario, allí inclinado sobre mi magnético tablero esperando la hora del baño?

2 comentarios:

  1. !Que suerte haber sido tocado por la mano de Cassiá desde la niñez!. Yo por desgracia, la conocí ya bien mayor y no se como relacionarme con ella, quizás como un amante.Ojalá.No pido más.

    Los caballos impacientes de Carrión

    ResponderEliminar
  2. Hola Fernando:

    Mi nombre es Jonathan administrador web de www.ajedrezcastellon.com, he insertado en nuestra web un email sobre la publicación de tu proximo libro.

    Espero que te guste.

    Y suerte con la iniciativa

    ResponderEliminar