viernes, 14 de enero de 2011

AMBICIONES

”Hay que tener ambiciones elevadas, expectativas moderadas y necesidades pequeñas”. Heinrich von Stein


Yo, al igual que R (personaje fundamental de El Hechizo de Caissa), creo sinceramente en el poder de las palabras, lo que explica mi costumbre de utilizar citas para encabezar cada entrada de este blog, y en general de casi todos mis escritos, incluyendo cada uno de los capítulos de la novela. Y además, me gusta reflexionar sobre la cita, no únicamente ponerla y punto. Como habéis podido comprobar, la lectura entre líneas del texto de abajo tiene una relación directa con la reflexión que he hecho de la cita. Igual pasará en el hechizo.

Creo que la ambición desmesurada es un concepto vinculado siempre al juego sucio, a los excesos, a conducirse al margen de la legalidad, la moralidad o el buen criterio, y que esto es injusto. Ambicionar lo máximo no es, per se, reprobable. Sólo lo es en la medida en que justificamos actos mezquinos o inmorales (nada que ver con la religión y sí mucho con la ética) por la consecución de esa ambición. Por eso el vocablo ambición tiene tan mala prensa.

No mentiré diciendo que escribí el hechizo como un pasatiempo y que no me importa si se publica o no. Eso no se lo creería nadie. Cuando escribes algo que tú consideras interesante (o “decente”, o “logrado”, o el adjetivo que sea) quieres que lo lea tu amigo, tu hijo, tu mujer. Y después el amigo de tu amigo, y después el hijo del amigo de tu amigo, y después…, y después tienes la “ambición” de que cuanta más gente lo lea, mejor. Ambiciones elevadas que pasan por la publicación del libro. No entraré a discutir (eso lo haré algunas entradas más adelante) sobre la necesidad o no de meterme en el  proceloso mundillo del negocio editorial, sobre el libro electrónico y todas esas discusiones tan de moda con todo el rollo de la ley Sinde, los derechos de autor y todas esas cosas. Lo cierto es que, hasta la fecha, publicar el libro en formato papel es la forma de llegar a más lectores. Es tan simple como eso. Y desde luego, ni está entre mis ambiciones, ni mucho menos en mis expectativas, ni afortunadamente entre mis necesidades, el vivir de la escritura. Yo soy un docente, eso lo tengo muy claro, y por una mosca que mate, matamoscas me llamaron, pero sé que no soy un escritor,..., tal y como el público entiende esa profesión.

Sin embargo, no tengo ningún rubor en reconocer que mis “ambiciones” con el Hechizo son realmente MUY ELEVADAS. A saber:

1.Desmitificar la figura del ajedrecista como un sujeto “rarito”.
2.Trasmitir la belleza del juego del ajedrez a los advenedizos.
3.Llevar al papel muchos de mis pensamientos internos respecto al ajedrez, a la adolescencia, a la educación y “al poder de las palabras”.
4. Que una decena o veintena (tampoco hay que excederse) de mis alumnos lean El Hechizo de Caissa.  
5.Y una muy personal que ya he logrado: huir de mi proverbial mediocridad siendo capaz de acabar algo.

Mis expectativas se limitan a lograr la publicación de libro y que se venda la primera edición. Justo es reconocer que esto es ahora, porque hace un par de años ni siquiera soñaba con poder escribir un simple relato breve. Pero claro, cuando subes un escalón piensas que puedes subir otro.

Y lo único que necesito es tiempo para dirimir si esta aventura literaria es una excepción o si puedo escribir algo más.

Claro que tiempo (el don más precioso del mundo) quizás no sea una necesidad “pequeña”.

3 comentarios:

  1. Me parece que lo expresas muy bien y lo entiendo perfectamente. Tengo ganas de ver tu visión del ajedrez ( además de leer la novela por si misma) porque es un mundo que siempre me ha fascinado y al que no pude acceder más allá del umbral. Sólo discrepo de una cosa si me lo permites: algún raro si que hay es ese mundo ( y en cual no)aunque te reconozco que es la excepción.
    Enhorabuena de nuevo. Tengo ganas de tener el libro en mis manos.

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  2. Gracias CArlos por todo y por todas tus aportaciones. En parte te doy la razón. De hecho el "rarito", el "frikie" es uno de los temas centrales de la novela.

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  3. Cada uno es rarito de diferente manera y si no mira a tu lado. Tampoco creo que antes fueras más o menos mediocre que ahora, de hecho no creo que fueras mediocre antes.
    Ahora, que editar el libro es un puntazo y que tienes que estar "que te sales" también.

    La verdad es que tengo bastante curiosidad.

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